Blogia
Arcos de Torrecuevas Tercer Ciclo 6º

ESTAMOS EN OTOÑO

El otoño ha llegado el jueves, 23 de septiembre, a las 5. 09 horas (hora peninsular) y durará 89 días y 20 horas. La estación acabará el 22 de diciembre con la llegada del invierno, según el Instituto Geográfico Nacional. Así, el otoño comenzará a la vez en el hemisferio norte, al tiempo en que comienza la primavera en el hemisferio sur.

El inicio astronómico de las estaciones viene dado, por convenio, como el instante en que la Tierra pasa por una determinada posición de su órbita alrededor del Sol. Esta posición, en el caso del otoño, es desde la que el centro del Sol visto desde la Tierra cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el sur. El día en que esto sucede, la duración del día y la noche prácticamente coinciden, y por eso, a esta circunstancia se la llama también equinoccio de otoño. En este instante en el hemisferio sur se inicia la primavera.

El equinoccio de otoño puede darse en cuatro fechas distintas, que van del 21 al 24 de septiembre. A lo largo del siglo XXI el otoño se iniciará en los días 22 y 23 de septiembre (fecha oficial española), siendo su inicio más tempranero el del año 2096 y el inicio más tardío el de 2003.

El motivo por el que la fecha varía de un año a otro se deben al modo de la secuencia de los años según el calendario, ya que unos años son bisiestos y otros no, con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol (duración conocida como año trópico).

Balada de otoño (Joan Manuel Serrat)

Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados,
sobre los campos, llueve.

Pintaron de gris el cielo
y el suelo
se fue abrigando con hojas,
se fue vistiendo de otoño.
La tarde que se adormece
parece
un niño que el viento mece
con su balada en otoño.

Una balada en otoño,
un canto triste de melancolía,
que nace al morir el día.
Una balada en otoño,
a veces como un murmullo,
y a veces como un lamento
y a veces viento.

Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados
sobre los campos, llueve.

Te podría contar
que esta quemándose mi último leño en el hogar,
que soy muy pobre hoy,
que por una sonrisa doy
todo lo que soy,
porque estoy solo
y tengo miedo.

Si tú fueras capaz
de ver los ojos tristes de una lámpara y hablar
con esa porcelana que descubrí ayer
y que por un momento se ha vuelto mujer.

Entonces, olvidando
mi mañana y tu pasado
volverías a mi lado.

Se va la tarde y me deja
la queja
que mañana será vieja
de una balada en otoño.

Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados...

0 comentarios